Historia de una reforma de cocina en Granada sin complicaciones

Reformar sin obra, sin escombros y sin dolores de cabeza: la Cocina de María.

 

Hace un par de meses María nos llamó para darle otro aire a su cocina, pues estaba cansada del color, del brillo y de los azulejos.

Es un bloque moderno, actual, digamos, nuevo, en una zona muy bien comunicada y con muchas comodidades a su alrededor, lleno de gente trabajadora, joven y con ganas de vivir cada momento del día.

Las prisas, los coches, el bullicio de por las mañanas de niños yendo al colegio y gente a sus puestos de trabajo es lo que puedes ver a través de las ventanas de María. Es un lugar bastante soleado, mucha luz, algo que nos beneficia a la hora de encontrar unos materiales más atrevidos como los que describiré más abajo.

María llevaba un tiempo buscando una empresa de reformas de cocinas en Granada que cumpliera con una serie de requisitos. 

Tenía muy claro que no quería obras.

No quería ruidos desagradables, (y menos a tan tempranas horas del día como empezamos en Mimo. ) ni tampoco quería vecinos malhumorados tocando a su puerta o sin poder descansar la siesta o estirar los últimos minutos del despertador, y por supuesto, tampoco le seducía tener escombros y polvo por todos lados. Entiendo perfectamente que, después de una reforma, lo que menos te apetece es limpiar, ordenar y quitar y barrer restos de azulejo, por eso, mi método «no obra» va siendo, cada vez más, conocido y requerido a la hora de dar un cambio en el hogar. 

Además, el tiempo apremiaba y no podía alargarse el proyecto, pues, la Navidad se acercaba y muchos familiares y amigos irían a comer a su casa. Un tiempo maravilloso para reunir a sus seres más queridos y cercanos y poder, porqué no, presumir de cocina renovada.

Cocinar unos postres navideños o los primeros canapés en una cocina que no te termina de gustar no es tan agradable como hacerlo estrenándola o encantándote. El olor a huevo hilado, a pavo, a salsas de oporto o a chocolate y canela son bienvenidas cuando, donde se cocinan, tiene carácter, sensibilidad y buenos materiales.

No fue fácil dar con una combinación de materiales que le encajaran.

María sabía qué no le gustaba pero no tenía muy claro qué cambio hacer. Pero para eso estoy yo. Es fundamental, desde mi forma de trabajar, saber con qué tonos se identifica la clienta a la hora de decorar su hogar. (Distinto es a la hora de vestir, ya que por experiencia, los clientes que utilizan tonos tierra en su casa, al vestir suelen preferir tonos piedra, algo más fríos. Y al contrario ocurre igual). Los tonos tierra, arena, son los que más le convencían, así que, después de una serie de preguntas sobre cómo limpiaba la cocina, si era de mucho cocinar o no, cuál era su rutina, si tenía peques en casa, etc, comencé a enseñarle una serie de revestimientos en los colores que le iban gustando.

Gracias a que soy rápida captando la esencia del cliente, pude dar con la tecla y en una tarde teníamos todo elegido.

Comenzamos eligiendo color de cocina y suelo, posteriormente fuimos a por el papel pintado. Entre un sinfín de catálogos pude comprobar que le gustaban estampados rompedores mono-bi cromáticos de hojas o flores.

Las texturas, los animal print, etc. No le desagradaban pero no era lo que iba buscando.

Al ver el papel elegido tuvo un «flechazo». Sin ninguna duda eligió, tras ver varios catálogos, este papel, que, para mi entender le da muchísimo toque.

Pusimos fecha de comienzo de proyecto y empezamos a encargar materiales y a trabajar.

El color de la cocina es un blanco roto en todos los muebles. No quería recargar mucho la estancia, ya que venía de un color muy particular como el morado. En blanco no nos equivocábamos.

Para cubrir los azulejos del frente de la cocina elegimos un revestimiento en un tono gris claro. Este revestimiento es de mis preferidos. Se puede fregar sin problema, es hidrófugo, ignífugo. Como un plus,  imita muy bien el microcemento. No hay muchos modelos donde elegir, es la única pega que podría ponerle. Pero el 90% de las ocasiones eligen el gris claro, ya que da luz, tono y uniformidad.

Para el resto de azulejos el papel pintado apto para cocinas. Para poder ponerlo aprovechamos que muchos muebles se quitaron para pintarlos. Retiramos también el radiador, y los tapajuntas de las puertas de entrada y escobero. Que, por cierto, también iban lacadas.

En el suelo, una imitación madera amarronada clara. Pues, queríamos que los colores tierra tuvieran protagonismo para dar calidez. También que aportara algo de color huyendo del antiguo morado y del suelo brillante del tono similar.

En menos de 3 semanas tenia una cocina completamente distinta.

Lo mejor de todo, es que, aunque parezca un detalle sin importancia, ella pudo seguir cocinando cada día y cenando como de costumbre.

Ella ha quedado encantada con su nueva reforma de cocina. Le ha resultado más cómodo, más rápido y además con unos materiales muy personificados y buenos.
Estoy contenta de poder encargarme de una reforma como la de María, pues, ha sido atrevida y con mucho estilo.

En Mimo Reformas, sabemos que el tiempo es fundamental para nuestros clientes, por eso, mi trabajo es organizar desde el minuto cero todo para que salga como ha de ser.

 

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